¿Y tú crees que me he olvidado?

El cerebro es un misterio en la biología. Nadie sabe con exactitud cómo funciona. Los neurólogos, psicólogos y psiquiatras son los expertos que más pueden decir sobre este enigma. Sin embargo, nosotros mismos somos los que a veces damos un diagnostico de lo que pasa por ahí. El cerebro trabaja básicamente con los recuerdos. Existe lo que es el sentido critico y lo empírico, pero estos funcionan también en base a las memorias.

Nuestra mente hace que hagamos que esa piedra con la que ya hemos tropezado, no sea un obstáculo nuevamente. O simplemente saber qué es lo que tenemos que hacer en nuestras rutinas. El día a día no es fácil. Todos tenemos que luchar por las adversidades que nos llega de manera inesperada. Se puede tener todo organizado, pero lamentablemente no todo sale como uno espera siempre. Lo empírico tiene que salir a flote para solucionar lo que la memoria no ha tenido prevista.

Todos tenemos recuerdos que no queremos tener y que nos persiguen en cada noche de insomnio. Sin embargo, existen recuerdos que te sacan una sonrisa en cualquier momento del día o noche. Últimamente esa sonrisa ha aparecido en mi rostro en varias ocasiones. Lo que me hace dudar que lo hago es que nadie se da cuenta de mi exagerada repetitividad en ese gesto de feliz nostalgia. Inclusive al escribir esto, esa sonrisa retorna a mi cara por tener que acordarme de todo lo que he recordado.

Las relaciones con cada individuo con los que uno se cruza refuerzan esas memorias y las vuelven más permanentes. Pero, las que tienen que ver con las más cercanas amistades son aquellas que te realizan esa sonrisa que te dejan enganchado un buen rato. Nadie se puede desunir de esos recuerdos hasta que el "malvado alemán" hace que no recuerdes ni como respirar. Pero, esto solo pasa en ocasiones no tan repetitivas. Mientras tanto queda solo seguir aguantando esas sonrisas que incomodan a más de uno cuando está a tu costado.

Imagen: Google Imágenes

Pero no todos los recuerdos son magníficos. Y el remordimiento sale a flote cuando deseas que la historia contrafactual se pueda desarrollar sin algún problema. Por ese lado lo que nos queda es tan solo tratar de guardar ese recuerdo con más anhelo que los felices, ya que estos nos van a resolver los problemas que en un futuro nos vendrán. Eso ya lo dije al inicio y lo vuelvo a repetir. Los recuerdos nos pueden poner tristes o felices, pero siempre nos sirven para algo. Aunque sea para reconocer un billete falso o para estar preparado para tu siguiente enamoramiento.

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