Alumno 4...

Quién no tuvo una mejor amiga o un mejor amigo en el colegio. Pues, yo siempre he dicho que en el colegio nunca he tenido alguno. Creo que eso es un método de defensa para no hacer algún vinculo fuerte con alguien. Sin embargo, sería hipócrita de mi parte no mencionar a una colega frustrada. Ella y yo siempre hemos coincidido en varios temas. No sé si se necesita un titulo para la amistad que hemos tenido, creo que basta con decir que la estimo un montón y que espero que ella alcance todos sus metas porque se lo merece. Ella es Alexandra.

En esta oportunidad, no voy a poner ningún apodo de animal, porque no lo tiene. Creo que es el momento indicado para escribir sobre ella. Me siento orgulloso. Cómo no sentirse orgulloso de aquellas personas que quieres y que ves que, aunque sea de lejos, luchan hasta lo último para conseguir sus objetivos. Ella ha logrado obtener su merecido puesto como estudiante de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional del Callao. Saben que hice mi cambio a la carrera de Comunicación y Periodismo después de haber pasado por la de Ing. de Sistemas de Información, lo que nos convierte en esos colegas frustrados que mencioné en el párrafo anterior. 

Cada vez que me acuerdo de ella, pasa por mi mente las imágenes de nosotros escampando de la clase de física o de ella fijándose cómo deshacernos del trabajo de matemática. No crean que nos aburría por que no nos gustaba, sino porque se nos hacía muy fácil lo que nos tocaba hacer y lo terminábamos en poquísimo tiempo. Siempre era nuestra felicidad deshacernos de ese salón con bipolaridad climática. Ninguno dentro de él comprendió como podía hacer tanto frío y tanto calor en un mismo día en diferentes horas. Verano o invierno, cualquiera de las dos estaciones que tiene Lima, son indiferentes al salón o el salón era indiferentes a ellas.

Recuerdo su carácter fuerte.  Era una de las pocas personas con las quien uno no se podía meter. Y eso que en el salón, eramos muy fregados. Todos nos molestábamos. Tal vez su posición como familiar de la directora podría influenciar en nuestras decisiones, pero es seguro que no era eso lo que nos motivaba a restringirnos de decir algo que la molestara. No sé que era lo que el resto pensaba. En mi caso, era mi temor a perder a una gran amiga. Es de esas pocas personas con las quien se puede tomar un café y conversar de cualquier cosa. Saben que es lo único que pido en alguien para una amistad.

Si en algún momento necesitan a una buena profesora de matemática, pues me avisan y yo les consigo el contrato. Algo tengo que ganar por conectarlos con ustedes. Es broma. Pero sí, ella es muy buena con los números. Antes de ingresar a su actual carrera, estuvo en la carrera de Matemática. Lo que le llevó a enseñar esa materia en el mismo colegio que nos vio con una toga de graduación de secundaria. 

Recuerdo aquella vez que me invitó a su cumpleaños y me tocó decir unas palabras. Palabras que dejaron más de una lagrima en el rostro de cada uno que había asistido. No sé si habrá sido mi gran aprecio hacia ella o el gran aprecio que ella tenía hacia mí. Aunque sé que el tiempo es mejor separando personas que la misma distancia, el sentimiento fuerte de amistad que le tengo no se borrará tan difícilmente.

Felicidades amiga mía por tus logros y sé que no será el último de esta tan larga carrera.

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